Es una preocupación importante en los padres el ver como la miopía de sus hijos va aumentando año tras año y nos preguntan con frecuencia si hay algo que se pueda hacer.
Se ha observado que existe un aumento importante de los niños y adolescentes miopes en los últimos años, lo que ha llegado a llamarse la pandemia de la miopía.
La miopía no es sólo un defecto óptico que se soluciona con gafas o lentes de contacto o con cirugía refractiva. La miopía conlleva un crecimiento del globo ocular, que va a producir un estiramiento y adelgazamiento progresivo de la retina que puede producir su degeneración y rotura. Las complicaciones en la retina de la miopía son mayores cuanto mayor sea la miopía, y serán más frecuentes a partir de las 7 dioptrías. Esta patología de la retina, persistirá aunque se realice cirugía refractiva y se haya conseguido una agudeza visual perfecta, porque el ojo en si mismo sigue siendo miope.
Desde hace muchos años se ha pretendido encontrar tratamientos médicos o quirúrgicos que evitasen ese crecimiento del globo ocular, sin embargo, ninguno ha resistido el juicio del tiempo. Por ello, lo primero que hay que entender es que hoy en día no existe ningún tratamiento que pueda evitar de manera completa el crecimiento del globo ocular y por tanto el aumento de la miopía. Sin embargo si que hay tratamientos que están demostrando un enlentecimiento en la progresión de la miopía, y conductas o hábitos de vida que favorecen o retrasan la aparición y el aumento de la miopía.
Tratamientos para disminuir la progresión de la miopía
De entre los tratamientos médicos para disminuir la progresión de la miopía en la actualidad hay dos tipos que están demostrando su eficacia en estudios científicos serios.
Lentes de contacto:
- Lentes de contacto con desenfoque periférico: la hipótesis de su eficacia consistiría en que ese desenfoque periférico frenaría el crecimiento anteroposterior del globo ocular que es lo que produce el aumento de la miopía.
- Orto K: consiste en lentes que aplanan la parte central de la córnea para conseguir que la imagen quede enfocada en la retina. Se llevan durante la noche.
Colirio Atropina al 0,01%
Los estudios con este colirio se iniciaron en población asiática y posteriormente se están realizando en nuestro país. La atropina que se utiliza habitualmente en oftalmología en tratamientos y exploraciones es de una concentración del 1 % o del 0,5 %, pero aquí se utiliza al 0,01% con lo que se evitan las molestias de la dilatación pupilar y la falta de acomodación y ha quedado demostrado que sin embargo es esta concentración tan baja lo que disminuye la progresión de la miopía.
Estos tratamientos, tanto las lentes de contacto como la atropina han demostrado una eficacia estadísticamente significativa, sin embargo, el beneficio clínico es menor que el deseado.
Conductas o hábitos de vida que pueden influir en la progresión de la miopía
A continuación, detallamos algunos hábitos o conductas que puedan influir en la progresión de la miopía:
Enfoque de cerca continuado por el uso de pantallas
Ya sean móviles, tablets, consolas, ordenadores… favorece el que el músculo de enfoque del cristalino esté constantemente contraído y no se relaje.
Eso está considerado que favorece el aumento y la progresión de la miopía. Asimismo, eso es causa de que aparezca una falsa miopía ya que si se está enfocando mucho rato de cerca, al mirar de lejos el músculo del enfoque está contracturado y no se relaja por lo que actúa como si fuera miope y se ve mal de lejos.
Por ello es importante intentar:
- Disminuir en lo posible el tiempo de uso de pantallas
- Alejar las pantallas, sobretodo de los móviles. Cuanto más pequeña y más próxima esté la pantalla, es peor.
- Si se está utilizando una pantalla, cada poco tiempo se debe mirar a lo lejos para relajar el enfoque
Actividades al aire libre
Está demostrado que el aumentar las actividades al aire libre y la luz solar retrasa la aparición y progresión de la miopía. Por ello fomentar los deportes, paseos y juegos al aire libre tendrá muchos beneficios para la salud física y psíquica del niño, además de su salud visual.
Estas conductas o hábitos de vida son en gran parte responsabilidad de los padres por lo que no hay que relajarse y pensar que “como todos los niños están jugando con la tablet no le puedo decir a mi hijo que no lo haga”. Todo tiene un límite y una medida lógica por lo que puede estar un rato con la tablet a distancia correcta, si después va a jugar un partido de futbol con los amigos o a pasear por la montaña con los padres.